Escribió el político y escritor romano Casiodoro en el año 523 “si bien puede que haya existido alguien que nunca haya deseado el oro, todos han deseado la sal”

Muchos capítulos de la Historia de la humanidad están relacionados con el único mineral que comemos: la sal. Para el progreso de nuestra especie fue fundamental descubrir las múltiples propiedades del llamado “oro blanco”, en la conservación de la carne y el pescado, en el curtido de las pieles, la desinfección de las heridas o para la supervivencia de muchos animales que nos ayudaron en las duras labores del campo.

Por todo ello, la sal fue un bien comerciable muy apreciado, básico en las economías de muchos países, motivo incluso de guerras, marcando el destino de civilizaciones enteras. Prueba de ello es que a nuestros días hayan llegado palabras como salario, proveniente de “salarium argentum”, una paga en sal que los soldados romanos ganaban por sus servicios prestados.

Sin embargo el abaratamiento del coste del transporte y la mecanización de los procesos de cosecha y producción, así como la competencia entre las distintas salinas, han hecho que el precio de este condimento haya caído en picado. Hoy podemos adquirir un kg. por apenas unos céntimos de euro.

Pero, aunque su valor económico haya disminuido, su valor añadido sigue siendo altísimo. Y lo podemos comprobar en nuestra joya, el Parque Regional Salinas de San Pedro, que fue protegido por la industria salinera antes de que fuera declarado espacio natural protegido y salvado de procesos urbanísticos.

Gracias a la producción de sal, las aguas de las charcas salineras están muy vivas, repletas de invertebrados que atraen a numerosas especies de aves protegidas, como al espectacular flamenco.

Por ello, queremos poner en valor la gran importancia que ha tenido la sal para muchas familias de nuestro municipio. Creemos firmemente que las Salinas de San Pedro del Pinatar son nuestro mayor recurso económico y merecen todo nuestro respeto para que los que nos sucedan las sigan disfrutando tanto como nosotros.