El proyecto del Centro Cultural, más conocido como ‘La Paloma’ sigue coleando y dando disgustos al ayuntamiento y a los vecinos de Pilar de la Horadad. En esta ocasión, el Ayuntamiento había presentado un recurso ante el Tribunal Supremo contra la sentencia que lo condenaba a indemnizar a la Unión Temporal de Empresas Urdemasa-Intersa con 2,7 millones de euros por lucro cesante al no poder explotar el aparcamiento subterráneo del centro cultural, proyecto que se paralizó hace ya 18 años y que el Supremo ha rechazado, dando así la razón a los demandantes.

Esta decisión judicial afectará a las cuentas municipales preci­samente en el momento en que el Equipo de Gobierno del Partido Popular se preparaba para apro­bar sus primeros presupuestos en solitario en este mandato.

A pesar de que se trata de un varapalo importante, esta decisión no debería afectar excesivamente las cuentas municipales, provo­cando aumentos de impuestos o tasas, puesto que el anterior Equipo de Gobierno del Partido Socialista dejó un saldo de deuda cero y dinero en las cuentas, por lo que, tal y como manifestó el alcalde, José María Pérez, se podría recurrir a un préstamo para hacer frente a la sentencia, aunque considera que habrá que ajustar partidas de gasto corriente y replantearse otras previstas para inversiones reales.

Hasta el momento, sin incluir la cantidad de las indemnizacio­nes, el Ayuntamiento de Pilar de la Horadada lleva gastados 3,6 millones de euros (599 millones de las antiguas pesetas) en un proyecto que estaba valorado en 2,37 millones de euros (400 millones de pesetas) y que sigue sin estar terminado. Además la misma empresa a la que ahora el Tribunal Supremo ha dado la razón, tiene otro procedimiento judicial abierto en el que exige al Ayuntamiento otros 2,5 millones de euros, esta vez por la parali­zación de las obras del edificio.

Esto quiere decir que si la justicia diera también la razón a este procedimiento, Pilar de la Horadada habría gastado un total de 8,8 millones de euros en una proyecto inconcluso e inútil, ya que la obra adolece de problemas estructurales, por lo cual, el sótano está apuntalado y está pendiente de una decisión de derribo, lo que aumentaría aún más el coste.