Daniel Hernández Ros.

Con motivo de su debut al frente de la OSRM; entrevistamos a Daniel Hernández Ros, uno de los jóvenes directos de orquesta con mayor potencial de todo el panorama nacional

Buenos días, Daniel. Lo primero de todo, esperemos que este bien de salud y haya podido esquivar esta dichosa pandemia. En segundo lugar y no menos importante, darle la enhorabuena por su debut al frente de la OSRM y encima en su localidad natal. ¿Qué supusó para usted esa actución?¿Fue un sueño hecho realidad?

Buenos días y muchas gracias por dedicarme un espacio en vuestra publicación. Para mí es una alegría, en medio de una etapa tan complicada, poder participar de la “vuelta a la normalidad” en el Centro de Artes Escénicas de mi pueblo, Torre-Pacheco. Desde que pusimos la fecha definitiva y me dijeron que formaría parte de la celebración del 185 aniversario del municipio, además, sentí una gran responsabilidad por el apoyo que estaba recibiendo tanto por parte del Ayuntamiento como por los vecinos, que llevaban más de un año sin poder asistir a espectáculos en ese teatro. Por supuesto, fue un sueño poder debutar con la primera orquesta que yo vi, de niño, en directo en ese mismo auditorio, la que me despertó la idea de acercarme al mundo de la orquesta.

A pesar de su juventud, su nombre lleva sonando entre los directores más importantes del panorama nacional. ¿Cree que usted representa ese empuje que vienen dando los más jóvenes en el ámbito cultural?

Aunque agradezco esos reconocimientos, debo decir que a nuestras ganas se suma que tenemos grandes maestros, que están confiando en nosotros y creando certámenes, premios y concursos para jóvenes con el objetivo de reactivar el panorama cultural y evitar que todos acaben en otros países. No me considero, ni mucho menos, un representante, sino más bien el resultado de una evolución necesaria en España y en la que muchos han puesto gran esfuerzo para abrir camino y que podamos continuarlo. Mi ilusión sería, algún día, poder ayudar así también a los que vengan después.

Su labor no se limita únicamente a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, pues compagina esta labor con la de dirección asistente de la Orquesta Joven de Córdoba y la ADDA-Simfónica ¿Cómo es trabajar con tres orquestas profesionales? Para cualquiera de los mortales sería una labor casi imposible.

La labor de director asistente conlleva unas actividades diferentes a las del director titular: yo no tengo la responsabilidad de la programación ni participo cada día de la actividad de la orquesta, eso sería imposible. En Murcia sí estoy por allí de forma casi constante, participando en las labores para las que se me requiere, mientras que en las otras orquestas participo de forma más puntual, tanto para dirigir algún proyecto como para asistir al director titular o invitado en ensayos o actuaciones. Aunque no lleve tanta presión como un director titular, sí siento mucha responsabilidad por la confianza que depositan en mí los titulares y la dirección técnica de las orquestas.

¿Cuál ha sido la dirección más especial? Pues usted ha sido director de bandas de reconocido prestigio a nivel nacional como a Unidad de Música del Tercio de Levante de Infantería de Marina de Cartagena, la Banda Municipal de Bilbao, la Banda Sinfónica da Polícia de Segurança Pública de Lisboa (Portugal) y la Symphonic Wind Orchestra of the Leopold–Mozart–Center de Augsburg (Alemania).

No sabría qué responder, por cada una es la más especial de ese momento. De Cartagena, por ejemplo, tengo muy buenos recuerdos porque allí hice unas prácticas durante la carrera de Dirección y guardo grandes amigos de esa temporada. En Lisboa, por otra parte, tuve mi concierto final después de dos años de visitas a Portugal para asistir a las clases de la Academia Europea de Dirección de Banda; fue una semana de trabajo intensa pero muy gratificante por poder trabajar con profesionales en otro país, igual que en Alemania. Cuando trabajo fuera de España me tranquiliza comprobar que con la música siempre nos entendemos, por muy lejos que esté.

Recuerdo también con mucho cariño la semana de trabajo con la JONDE, la Joven Orquesta Nacional de España. Es impresionante ver el talento de los jóvenes músicos de España y lo que se aprende trabajando todos juntos, tanto instrumentistas como directores. También disfruté mucho con la Berlin Sinfonietta trabajando las sinfonías de Beethoven de la mano del maestro Johannes Wildner, profesor del Conservatorio de Viena.

En general, diría que cuando más disfruto es cuando más aprendo y eso siempre depende del momento, así que siempre es especial.

Su excelente labor al frente de todas ellas le ha valido para recibir numerosos reconocimientos, ¿Cuál ha sido el más especial?

Igual que las actuaciones, cada reconocimiento es una parada en el camino en la que alguien te dice “por aquí vas bien”, así que todos son especiales. Como director de banda, la mayor alegría fue ganar el Certamen provincial en Alicante con la Unión Musical de Redován, ir a Valencia al regional y salir con un Primer Premio después de meses y meses de trabajo. Y recientemente, en el ámbito de la orquesta, el Premio AESDO en el I Concurso Internacional de Dirección de Orquesta de Llíria me dio una alegría y mucho impulso para seguir trabajando: en Llíria uno tiene la sensación de que la música como forma de vida es posible, así que el premio me hizo sentir muy especial. Sin embargo, y al margen de todo eso, no dejan de ser incentivos, que son puntuales y me hacen ver que lo que cuenta es el día a día y que sin esfuerzo sería todo muy diferente.

La Covid-19 ha modificado todos los aspectos de nuestra, y desgraciadamente la música no consiguió escapar a esa paralización de casi tres meses. Sin embargo, muchas bandas y grupos de música se viralizaron por la forma en la que trataban de ensañar ¿Usted también tuvo que recurrir al zoom para continuar con sus ensayos? ¿Cómo le afecto el confinamiento de marzo de 2020? ¿Pudo seguir desarrollando su actividad como director de orquesta?

Sí, desde luego que hemos usado recursos que ni sabíamos que existían. Ensayar por Zoom es imposible por la falta de sincronización en el sonido, pero sí hemos intentado mantener la cohesión de los grupo, hacer algún que otro montaje, emitir conciertos en directo… Marzo de 2020 fue un cambio radical porque de golpe tuvimos que dejar de trabajar y, aunque hemos aprendido mucho de todos esos recursos digitales, también nos hemos dado cuenta de que el arte hay que sentirlo en directo y debemos hacer todo lo posible —por nuestra salud y por la del público— para que lo normal vuelva a ser juntarnos y hacer música.

Normalmente, los niños suelen decantarse en su niñez por practicar algún deporte, pintar o bailar, pero usted eligió un camino diferente al resto de los niños ¿Por qué la música?¿Cómo fueron sus inicios en la Asociación Musical Amigos de la Música de Torre Pacheco?

Pues debe ser de familia. Mis padres y mis tíos siempre han tenido buen oído, formaban parte de la rondalla del pueblo y están en el coro, así que la música siempre ha estado ahí. Además, mi

abuelo siempre había tenido la ilusión de tocar en la banda, pero nunca pudo aprender. Cuando vieron que a mí me llamaba la atención la música, que en el colegio decían que se me podía dar bien y que me ponía al lado de los músicos cuando la banda iba a tocar a El Jimenado en las fiestas, cuando se lo pedí, hicieron un esfuerzo para llevarme a Torre-Pacheco a las clases. Desde los diez años, he pasado tardes y tardes en la sede de la banda del Pasico, aprendiendo, disfrutando y haciendo el que, todavía hoy, es mi grupo de amigos de siempre. Tengo que darle las gracias a mi familia por todo el sacrificio que ha hecho y el apoyo que me muestra día a día.

Tras finalizar sus estudios superiores de dirección de orquesta se desplazó hacia dos de las academias más prestigiosas en su ámbito. Jan Cober, Andre Granjo, Toni Cantal han sido algunos de sus profesores a lo largo de su periodo formativo, ¿Qué le enseñaron estos grandes maestros de la dirección musical?

Como he dicho antes, esos dos años en Portugal aprendí mucho como persona y como músico. Era mi primera experiencia fuera de España, con otros idiomas, en un ámbito que salía de mi zona de confort. En ese momento, para mí supuso un gran avance en mi definición individual como director: buscar mi propio gesto, mi comodidad y naturalidad. Ya venía de aprender mucho junto a mi maestro, José Miguel Rodilla, en el Conservatorio Superior de Murcia, pero era el momento de seguir avanzando yo solo y de descubrir mi propio camino.

Más adelante, Cristóbal Soler se ha convertido en mi referente en cuanto a la idea actual del director de orquesta. En la Academia Internacional de Dirección de Orquesta “José Collado” sentí que ya podía olvidar los aspectos más técnicos e ir directamente a buscar la música, a transmitir las sensaciones y emociones, es decir, a llegar a un nivel más profundo para llegar a los efectos psicológicos y orgánicos de la música.

¿Cuál es el género musical que más le gusta? Pues le hemos visto dirigir desde música sacra en Caravaca a las espectaculares melodías de Las Hébridas de Felix Mendelssohn y la Sinfonía Nº7 de Beethoven.

Lo que más disfruto es el género sinfónico, con la plantilla estándar de una orquesta porque se pueden extraer colores muy diferentes con la cantidad de recursos que ofrece. Sin embargo, reconozco que la música de cámara, en formato más pequeño, con una orquesta reducida, es mi debilidad y creo que en ella está la esencia de la música clásica: poder hacerlo todo con, en apariencia, unos recursos más limitados que hay que explotar al máximo.

¿Goza de buena salud la cultura regional? Pues vemos como a pesar de las escasas ayudas al sector son cada vez más las grandes figuras que salen de nuestra tierra. ¿Podríamos decir que la sociedad murciana es una sociedad netamente cultural?

El potencial lo tenemos, pero, desde mi punto de vista, todas las ayudas son escasas en comparación con ese potencial. Creo que, además de apoyar lo que ya funciona, es necesario apostar tanto por los proyectos emergentes como también por aquellos que, aunque tengan cierta trayectoria, han tenido que seguir un camino más independiente, para que todos puedan tener un hueco en la oferta cultural de la Región.

A continuación, le adjunto algunas de las opiniones de grandes profesionales de la dirección musical, ¿Qué significa para usted la valoración que hacen de su trabajo estos referentes de la música nacional?

¨Desde el inicio ha mostrado un gran interés por ser partícipe y su constancia, determinación y entrega le cualifican para embarcarse en cualquier tipo de proyecto. Daniel ha demostrado su competencia para trabajar de forma autónoma y le auguro un futuro brillante¨. (Josép Vicent)

¨Daniel posee una técnica depurada y una sensibilidad frente a la orquesta poco común para su juventud. Nos sentimos afortunados de poder trabajar con una persona talentosa, exigente, rigurosa y con unas incansables ganas de mejorar día a día. Talentos como el suyo harán que en un futuro merezcan la pena todas las oportunidades que se le otorguen¨. (Virginia Martínez)

Josep Vicente y Virginia Martínez depositaron su confianza en mí desde las pruebas a director asistente de las orquestas de las que son titulares. Para mí son muy importantes los consejos que ellos me dan, dada su experiencia, y aprecio mucho todo lo que aprendo cada vez que cuentan conmigo. Sus palabras son para mí la recompensa por el esfuerzo que pongo en mi trabajo junto a ellos y, como los premios, un impulso para seguir adelante.

Daniel, darle las gracias por su accesibilidad y hacer posible la realización de esta entrevista. Desde Sureste Información queremos desearle la consecución del mayor número de éxitos con la OSRM y en los diferentes proyectos que encabeza.

Muchas gracias a vosotros siempre.