Cuando los acontecimientos ocurren a larga distancia no somos conscientes de la importancia

que puede llegar a tener en un tiempo en nuestro entorno, o inclusive en nuestra propia vida.

Veíamos y leíamos con interés lo que estaba ocurriendo en China, pero sin llegar a

preocuparnos demasiado. Las noticias narraban la construcción de un gran hospital en pocas

semanas, después revelaban la muerte de personas en poco tiempo sin saber muy bien qué

era exactamente el enemigo o como de letal podía llegar a ser. En cuestión de semanas lo que

pensábamos que estaba tan lejos ya no lo estaba, ya éramos conscientes que el virus podía

llegar en cualquier momento, y que nos llegarían personas con síntomas o con varias dudas a

nuestros centros hospitalarios o centros de salud. Nos estábamos preparando para la situación

y ya comenzábamos a vivir con mayor incertidumbre e incluso momentos de miedo al ver

como Italia iba empeorando su situación.

El virus como ya estábamos esperando, llegó. Nuestra rutina en nuestro lugar de trabajo

cambió. Ya no solo vestíamos con nuestro pijama de enfermera sino ya le añadíamos batas,

gorros, calzas, doble guante y esas gafas que tantas marcas produjeron y tan virales se hicieron

en redes sociales. Marchábamos a domicilio de pacientes con todo nuestro vestuario con

miedo a ser contagiados pero además de eso con mayor miedo de contagiar a nuestros

pacientes más vulnerables. Marcábamos la distancia que debía de haber entre nosotros y

nuestros pacientes en nuestras consultas, pero no solo quedaba ahí. Muchas de nosotras y

nuestros compañeros sanitarios se aislaban también de sus familiares por el miedo de

transmitir el virus o por el miedo de perder a un ser querido que tenía más riesgo de perder en

la batalla que estábamos viviendo. Vivimos durante esos meses de confinamiento una

situación difícil tanto nosotras como toda la población pero juntos pudimos reducir al virus.

Sin embargo, nos hemos relajado, pensábamos que nos daría unos meses de tregua. Pero de

nuevo nos está haciendo ver que sigue aquí, que sigue multiplicándose y afectando en la vida

de los españoles y de gran parte del mundo. El verano, las fiestas, las celebraciones, las

reuniones con amigos o familia… que tanto necesitábamos nos ha hecho ver que debemos de

volver actuar con mayor responsabilidad y cuidado para no volver atrás.

Sonia Blanco, enfermera